lunes, 21 de septiembre de 2009

Un alma para el espacio litúrgico (II)

Autor: Ciro Lomonte
Publicado en: revista Humanitas, Santiago del Chile, n° 36, octubre-diciembre 2004

EN LAS RAICES DEL MALESTAR

¿De dónde partir entonces nuevamente? Por una parte, es preciso que los edificios para el culto sean bellos; por otra, es necesario que cumplan debidamente la función para la cual se proyectan. Ambas exigencias están íntimamente vinculadas.

Consideremos ante todo las dificultades en el ámbito estético. En la sintaxis de la arquitectura moderna se ha excluido por principio la decoración, componente indispensable para proyectar las iglesias católicas (1). Éste es el motivo esencial por el cual las iglesias modernas son desnudas, casi como si fuesen sometidas a una furia iconoclasta preventiva. La concepción de Dios del arquitecto, comúnmente abstracta, se expresa con una grandilocuencia de volúmenes injustificada (2). En las paredes desnudas se ponen imagenes de las Tres Personas divinas, la Virgen y los santos desvinculadas del conjunto de la obra, que podrían sacarse o cambiar de sitio sin modificar el efecto general. Se entra en ambientes anodinos, sin saber adónde dirigirse, puesto que no hay un motivo especial para que el crucifijo o el tabernáculo se encuentren en un lugar u otro.

La liturgia católica necesita el ornamento simbólico porque las señales evocan y actualizan hechos históricos. Además, la Revelación atribuye gran valor al cuerpo y la materia. El arte moderno carece de recursos para expresar esta verdad, entre otras cosas porque se dirige a una élite de intelectuales y no a una comunidad variada de fieles comunes. Si alguien quisiera entrar en nuevos recorridos de desarrollo de la arquitectura y las artes figurativas, debería considerar el mérito de los motivos que han llevado a las vanguardias a rechazar la representación del cuerpo. Éste es el problema central, y no el de las técnicas, puesto que el programa iconográfico del espacio litúrgico se presta para complejas instalaciones, de gran actualidad. No es indispensable comenzar nuevamente a pintar las paredes al fresco (técnica por lo demás desconocida por la mayor parte de los artistas contemporáneos). Podría intentarse, por ejemplo, el uso de videos, siempre que ayude a describir en su integridad el misterio cristiano.


-oOo-oOo-oOo-oOo-oOo-oOo-

(1) En realidad, el ornamento es necesario para garantizar el carácter de cualquier obra de arquitectura, si expresa simbólicamente sus funciones.
(2) Un edificio no es una escultura. El hecho de hacer irrumpir en el escenario urbano una iglesia con forma de buque o carpa no contribuye a ordenar un paisaje caótico ni a organizar el aula de culto. El templo católico es totalmente distinto al templo griego, ya que el espacio interno es más importante que el volumen externo y se estudia con sumo cuidado.

3 comentarios:

  1. Siempre me he preguntado porqué son tan feas y desangeladas las iglesias de nueva construcción. Hay un transfondo de raiz teológica, pero al final es el mismo asunto por el que se ha dejado los abalorios musicales de la Liturgia en manos de jovencitas con guitarras. Falta de verdadera Fe y de formación. ¿Has escuchado el órgano de la catedral de Sevilla en todo su poderío?
    Pues eso.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Bate, los arquitectos recibimos una formación demasiado materialista que en el mejor de los casos nos lleva a considerar las iglesias como grandes volúmenes huecos que deben diferenciarse del resto de los edificios porque el "uso religioso" los hace ser distintos de los comercios, industrias o viviendas. Si a eso le unes una desesperación por parecer moderno a toda costa tienes la respuesta a tus preguntas. De todas formas no todas las iglesias nuevas son así; Ciro Lomonte insiste en su artículo en que se puede ser moderno y no recurrir a tópicos.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Habrá que fomentar las humanidades. Desde la escuela, claro.

    ResponderEliminar

Si desea hacer un comentario que no tenga que ver estrictamente con la entrada en la que comenta, le ruego me escriba a pfunes1981@gmail.com o use el minichat.

Muchas gracias por su aportación.

No se publicarán comentarios solicitando intercambio de enlaces o sugiriendo visitas a otros blogs de temática no relacionada con este.